El Código de Ética de la Corte Interamericana.
Libertad
de expresión y responsabilidad de los medios de comunicación. La Relatoría ha
hecho hincapié, en varios de sus informes, sobre la necesidad de un amplio
respeto a la libertad de expresión, garantizando a los ciudadanos su derecho a
estar suficientemente informados y el funcionamiento del sistema democrático.
Con excepción de las muy limitadas circunstancias previstas en la Convención
Americana, la libertad de expresión requiere que los gobiernos se abstengan de
imponer restricciones legales a los medios de comunicación, ya que son los
principales mecanismos a través de los cuales los miembros de la sociedad
ejercen su derecho de expresar y recibir información e ideas.
Sin embargo, se ha dicho poco sobre las
correspondientes responsabilidades de los medios de comunicación en el
ejercicio del derecho a la libertad de expresión.
Regulación
gubernamental del contenido del material periodístico compatible con la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. En el marco de la Convención
Americana, los Estados disponen de medios para castigar actos de los medios de
comunicación que causen grave perjuicio a la sociedad o a miembros de la misma.
Protección
de la seguridad nacional, el orden público y la salubridad o la moral públicas.
También en este caso, conforme al artículo.
El Estado puede imponer sanciones ulteriores
por expresiones ilícitas, para proteger la seguridad nacional, el orden público
y la salubridad o la moral públicas, en la medida en que esas sanciones estén
“expresamente fijadas por la ley necesarias para asegurar" alguno de esos
derechos.
Exactitud
de la información. Promover la exactitud de las noticias en general es una
finalidad que puede lograrse más eficazmente a través de medidas
gubernamentales positivas que a través de la imposición de sanciones en caso de
informaciones percibidas como "inexactas" o "carentes de
veracidad.
Mecanismos
tendientes a promover un comportamiento ético de los medios de comunicación sin
participación pública. Al margen de la regulación gubernamental, existen muchos
mecanismos a través de los cuales puede lograrse que los medios de comunicación
sean más responsables ante el público y hacia quienes son objeto de información
en las noticias, y asimismo más exactos y creíbles.
Los
Códigos de Ética establecen normas de conducta profesional destinadas a los
profesionales de los medios de comunicación en relación con la recopilación o
comunicación de noticias. Estos códigos han sido desarrollados por un alto
número de asociaciones de periodistas y de medios de comunicación tanto a nivel
interno como internacional. Los mismos han sido creados con el fin de
convertirse en pautas voluntarias de conducta, que pueden ser adoptados por un
medio de comunicación en particular o periodistas en general. Muchos medios de
comunicación escriben sus propios códigos de conducta o ética, los cuales
suelen hacerse cumplir a través de contratos de empleo. En algunos medios de
comunicación, los manuales de estilo u otro tipo de reglamentaciones son en
realidad códigos de ética que pueden someter a un periodista a sanciones de
trabajo.
También comprenden derechos afirmativos, como
ser competente; ser independiente de "fuerzas políticas, económicas e
intelectuales"; informar clara, precisa y equitativamente; servir a todos
los sectores étnicos, políticos, sociales y de otro género que constituyen la
sociedad; y "defender y promover los derechos humanos y la democracia”. Si
bien es recomendable que los medios de comunicación cuenten con sus propios
códigos de manera de garantizar que el trabajo de los periodistas responda a
pautas o conductas éticas establecidas, cabe destacar que los mismos nunca
deben ser impuestos por los Estados ni por la ley. Los medios de comunicación
tienen el derecho a elegir si adoptan o no un código.
Empleadores
y organizaciones otorgan donaciones o becas para que periodistas experimentados
asistan a cursos de ética, o para la obtención de grados universitarios en
periodismo, que requerirían el estudio de responsabilidad periodística y ética.
Los
consejos de prensa son asociaciones formadas por miembros de los medios de
comunicación y el público. Habitualmente consideran quejas de los ciudadanos
sobre los medios de comunicación en un procedimiento similar al judicial.
Esos
consejos carecen de reales facultades de aplicación coercitiva de sus
decisiones, pero se basan en el desprestigio público que acarrea la crítica del
tribunal para lograr el cumplimiento de normas de conducta ética. Son de
carácter local y nacional. Los Estados deben abstenerse de crear o participar
en tales consejos.
Los medios de comunicación, las organizaciones
que los agrupan, y el público, utilizan diversos mecanismos para evaluar el desempeño de los medios de comunicación, esperando que con
ello mejore su futuro desempeño. Esos múltiples mecanismos pueden categorizarse
como instrumentos "de crítica de los medios de comunicación". Los
diferentes medios suelen realizar una autocrítica destinada a intensificar el
profesionalismo en su organización. Uno de tales mecanismos utilizados por las
empresas periodísticas consiste en el nombramiento de un ombudsman. Se trata
generalmente de un periodista experimentado y respetado que "recibe quejas
de los lectores y televidentes; en algunos casos resuelve controversias y en
otros redacta una columna de reflexiones para la página editorial del periódico.
Otro
mecanismo interno que utilizan muchos medios de comunicación impresos consiste
en un casillero de correcciones que se coloca en lugar visible en cada edición.
Además algunos medios publican información sobre el sector al que
colectivamente pertenecen a través de la creación de una "página sobre
medios de comunicación" o un programa sobre los mismos.
En
muchos casos los medios de comunicación hacen participar directamente al
público en el proceso de crítica a los medios. Algunos utilizan encuestas
públicas para establecer si están sirviendo o no el interés público. Algunas de
ellas están dirigidas a las personas mencionadas en el medio de comunicación,
para establecer en qué medida fueron tratadas con justicia en el medio y si
creen que la crónica ha sido veraz. Otras se realizan mediante formularios
impresos que pueden llenar todos los usuarios del medio, y a través de ellas se
procura evaluar las impresiones generales de dichos usuarios acerca de si éstos
han presentado información exacta y exenta de prejuicios.
En muchos casos se da al público la
posibilidad de realizar comentarios directos sobre el desempeño de los medios
de comunicación a través de una página de "cartas al director", en el
caso de los medios de comunicación impresa, o a través de la asignación de un
espacio en que se leen las cartas de los oyentes o telespectadores,
difundiéndolas públicamente, en el caso de los medios de radio y televisión. En
muchos casos esas cartas se publican en línea en los sitios de entidades
periodísticas en la Internet. Muchas empresas periodísticas publican también
direcciones de correo electrónico del personal, para que el público pueda
ponerse en contacto directo con los periodistas. Muchos medios de comunicación
organizan "noches de reuniones de lectores" o "reuniones
locales" con periodistas y residentes locales, para que el público pueda
expresar sus preocupaciones y analizar sus expectativas con respecto a los
medios de difusión. También existen mecanismos para criticar a los medios de
comunicación que se agregan a los referentes a los medios de comunicación
individuales. Las publicaciones sobre periodismo y las revistas sobre medios de
comunicación son publicaciones dedicadas exclusivamente al análisis y a la
crítica de los medios. Las críticas se realizan también a través de la
publicación de informes críticos o libros escritos por comités de expertos u
organismos gubernamentales, profesionales de los medios de difusión, académicos
u organizaciones no gubernamentales.
Además
se han creado numerosas ONG para que observen y critiquen a los medios de
comunicación y publiquen sus omisiones en forma más permanente.
También
se formulan críticas a los medios de comunicación en las manifestaciones de
cultura popular referentes a los medios, tales como programas de televisión y películas
cinematográficas. Finalmente, el público puede en algunos casos tratar de
influir colectivamente sobre los medios de comunicación con reuniones de
sensibilización, campañas de redacción de cartas, encuestas de opinión,
evaluaciones sistemáticas, llamamientos a los legisladores, quejas destinadas a
los organismos reguladores, demandas judiciales e inclusive boicots.
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