Secretos
para caer bien a los demás.
Los
ojos lo dicen todo
Todo entra por los
ojos. El contacto visual es una muestra universal de confianza social y
honestidad. Mirar a los ojos de una persona te dará un impulso instantáneo de
simpatía y seguridad.
La sonrisa es muy importante
Debes esforzarte por mantener una sonrisa
sincera. La gente forma su actitud hacia otras personas basándose en cómo las
hace sentir, sonreír provoca endorfinas y, por lo tanto, te asocia en la mente
de otras personas con sentimientos bonitos de bienestar.
La forma de saludar sí importa
Muchas veces se pasa
por alto este factor, pero es muy importante. Un simple “Hola”, aumentado a una
sonrisa caerá bien y estarás encaminado rumbo al éxito. No olvides los detalles
y sé amable.
Sé transparente
Cada detalle cuenta. Intenta tener un
lenguaje corporal relajado. No cambies tu forma de ser solo por caerle bien a
alguien. La sinceridad es un factor que siempre se toma en cuenta.
Elige los ángulos correctos
La psicología del lenguaje corporal tiene un efecto fascinante sobre la primera
impresión. Expresa tu interés en la persona con
un inclinamiento escasamente perceptible hacia adelante mientras estás
hablando con ella. Imagina que es la única persona en toda
la habitación en ese momento y tu sinceridad brillará.
Emana
optimismo
Se refiere a generar positivismo, el
cual es contagioso. Has un esfuerzo por evitar frases negativas y la persona te
recordará por lo que eres, no por tus quejas.
Recuerda
que no todo se trata de ti
Así como hay que saber en qué momento
de la conversación intervenir, hay que saber escuchar. Hay que preguntar con
sentido y escuchar con atención.
Deja que hablen de ellos y escúchalos. Investigadores de Harvard
descubrieron que hablar de uno mismo puede ser tan gratificante como la comida,
el dinero o el sexo. Si dejas que alguien comparta su historia con vos puede
darle recuerdos más positivos de la interacción.
Elógialos. Cuando halagas a otro éste se siente mejor consigo mismo y
más querido. Esa sensación la asociará con vos y de ese modo lograrás un
vínculo agradable.
Pasó más tiempo con ellos. Según el efecto de la mera exposición, las personas
prefieren a quienes les resultan más familiares. Este fenómeno se descubrió en
el año 1950, cuando investigadores del MIT comprobaron que los estudiantes
universitarios que vivían en las residencias eran más propensos a ser amigos
que los que vivían lejos.
Deja
entrever tus defectos.
El
denominado efecto pratfall consiste en que le gustas más a los demás cuando no
son perfecto o cometes algún fallo. Eso hará que se identifiquen más fácilmente.
Imítalos. Se trata de la estrategia reflejo,
que consiste en imitar de forma sutil el comportamiento de otra persona, ya sea
el lenguaje corporal, los gestos o las expresiones a la hora de hablar. Ese
mimetismo facilita la relación.
Busca puntos en común y fortalece
los valores compartidos.
Cuando
dos personas tienen un amigo en común, la relación entre ellas se hace más
cercana. La teoría tras este factor se conoce como “proximidad de la tríada”.
Se puede aplicar también a gustos, aficiones o pertenecer a la mismo cuadro.
Además, las personas se sienten más atraídas por aquellos que comparten sus
valores.
Pedír consejos. Es una manera de impactar positivamente en
los demás y genera una mayor cooperación e intercambio de información.
Preguntá en
dos partes. Cuando preguntes
acerca de algo, hacelo en dos pasos. Se trata de un truco del Premio Nobel de
Economía, el psicólogo Daniel Kahneman. Una respuesta positiva en la primera
pregunta hará que el interlocutor se sienta más optimista para responder a las
siguientes.
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